México, 6 de febrero.- Con cada uno de sus movimientos, el gitano Joaquín Cortés tocó las emociones de los espectadores, sobre todo de las mujeres, que asistieron a disfrutar el espectáculo "Calé", que ofreció anoche en esta localidad.
Durante las dos horas de la presentación, el español realizó un viaje a través de su historia personal y ofreció la esencia de las seis obras en las que ha sido protagonista, director y coreógrafo.
Calé -en lengua gitana o romaní "gitano"- significa retrospectiva de 20 años de carrera de Joaquín Cortés. En las instalaciones del Auditorio Telmex, el gitano compartió con sus seguidores, coreografías en las que plasma su experiencia en el flamenco, al cual le imprimió su propio estilo al realizar la fusión de culturas e influencia de bailes. El rebelde y revolucionario de la danza en sus inicios recibió severas críticas de los puristas del flamenco; pero a contra corriente el bailarín buscó su propia evolución, y ahora es sinónimo de éxito e imitación. Joaquín Cortés asegura que el baile es lenguaje universal, "es movimiento y expresión corporal sin necesidad de utiliza la palabra".
Cuando está en un escenario siente que puede volar, sufre una metamorfosis y es ambiguo porque el arte no tiene sexo. Durante la presentación, ofrece una radiografía de su personalidad en cada una de las coreografías que ejecuta, como "Cibayi", "Live", "De amor y odio", "Calé", "Mi soledad", "Pasión gitana" y "Soul". Arriba del escenario, ocho bailarinas, seis voces y 10 músicos arroparon al artista con sus cantos, bailes, gritos, aplausos en los tangos, alegrías, soleas, bulerías y jaleos.
Destacan los requintos de guitarra de José Carbonell Montoyita" y José Antonio Camacho "El piripi". Además de las percusiones de Luis Amador, Rafael Serrano "Agapula" y Vicente Suero "Morito". En varias piezas, las ocho bailarinas acompañan al artista para mezclar el flamenco, ballet y danza contemporánea. El dramatismo visual se realizó con el apoyo de pantallas, videos de animación, efectos de humo y de iluminación en el que predomina el color rojo.
El artista convenció al público con sus movimientos y palabras, en especial a las mujeres, quienes ovacionaron sus rutinas de pie y algunas no cesaron de gritar "olé, papacito", "hermoso" y "por el amor de Dios quítate la camisa". Cuando tomó el micrófono aseguró que era un placer volver después de tantos años a un sitio donde lo tratan con respeto, cariño y se siente en casa. "Gracias a todos los que hacen posible que siga viajando y volando al país del nunca jamás". Manifestó que estaba orgulloso de sus raíces, ya que es un gitano universal y ciudadano del mundo.
El artista de 40 años se dejó querer, en varias ocasiones extendió las manos, se tocó el corazón para agradecer tantas muestras de cariño y de un salto bajo del escenario para recorrer los pasillos, se dejó tocar y abrazar. De regreso a la tarima, en agradecimiento se inclinó para besar el escenario del auditorio Telmex y afirmó que en esta ocasión su espectáculo tendría dos dedicatorias: a su madre, que era "la luz de sus ojos", y a todas las mujeres presentes.
Fue entonces que los gritos inundaron el recinto, así como la petición de que se quitara la camisa, pero no lograron convencerlo. El próximo 22 de febrero será el cumpleaños de Joaquín Cortés, y aseguro que celebrará junto a sus seres queridos. Adelantó también que al concluir la gira por México viajará al carnaval de Venecia. (Con información de Notimex/JJJ)