El Universal
Sábado 15 de mayo de 2010
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Un oxidado carro de súper, una grabadora de cassette, bloques de concreto y madera, cajas de frutas. Con éstos y otros objetos cuatro actores tienen interacciones en la obra Autoconstrucción, proyecto del director de teatro Antonio Castro, el artista Abraham Cruzvillegas y el compositor Antonio Fernández Ros.
Este evento vivo, de 70 minutos, con cinco músicos -dos violines y tres saxofones-, se presentará a partir del 21 de mayo en la galería Kurimanzutto. Tras la invitación a hacer una exposición, Cruzvillegas no quiso sólo poner sus obras sino que llamó a Castro y a Fernández para hacer un ejercicio de diálogo alrededor de la autoconstrucción. “Quería inventar un juego con ellos, que fuera un ejercicio autoconstructivo”, explica el artista.
A diferencia del teatro, donde se parte de una estructura literaria, los tres se sentaron a compartir información y experiencias -Cruzvillegas nació y creció en una colonia de autoconstrucción, la Ajusco, y en varias de sus obras ha abordado este tema-. A partir de esa mesa de diálogo, el grupo generó esta pieza. “Los tres compartimos fuera de nuestro eje y metodología de trabajo. El resultado es que te dejas afectar por el proceso creativo de los otros”, cuenta Castro, director teatral de obras como 1822, el año que fuimos imperio y Yamaha 300.
Aunque Cruzvillegas había trabajado con músicos, artesanos y estudiantes, siente que este es un proyecto diferente: “La discusión se fue transformando en un proyecto escénico en el que la música, el teatro y las artes plásticas conviven de un modo horizontal, con la misma importancia. Sobre todo, ha sido un ejercicio de colaboración”. Cruzvillegas describe así la obra: “Se trató de activar un proceso coherente con lo que uno cree que es; que todos generáramos un proyecto fragmentario, contradictorio, inestable, inacabado, pero orgánico, cálido, solidario”.
Crítica a la modernidad
Autoconstrucción no es un retrato de la problemática de invasión en las ciudades. En escena interactúan entre sí y con los objetos los personajes de un ama de casa, una estudiante vinculada a movimientos guerrilleros, un albañil y un funcionario corrupto de la delegación. “El actor siempre da una dimensión humana a todo y esta es una pieza sobre el cambio, la metamorfosis de una situación, acerca de cómo la adversidad es un espacio de imaginación”, dice Castro.
¿De dónde provienen estas piezas? Cruzvillegas detalla que muchas de sus esculturas han sido hechas con objetos encontrados, cuya selección obedece a necesidades específicas, “no por que sean feos o bonitos”. Cuenta que para Autoconstrucción hubo un “momento de pepena” en el que recolectaron objetos del tianguis de Santa Martha Acatitla. “Ha sido la posibilidad de generar una crítica sobre lo que rodea la autoconstrucción, la crisis de la modernidad y la economía, y cómo se manifiesta no sólo en la forma de una casa sino que es algo que no acaba”, explica Cruzvillegas.
Romper límites
A Antonio Castro la oportunidad de hacer este trabajo interdisciplinario le mostró algunas problemáticas del teatro:
“Me entusiasma la apertura con la que se trabaja en el arte contemporáneo, es algo de lo que el teatro tiene que aprender. Autoconstrucción me ha hecho reflexionar acerca del problema de un teatro que se parece mucho entre sí; por mí, dinamitaría las escuelas de teatro; enseñan un montón de prejuicios. Muchas veces en las escuelas de arte y teatro hay estas miradas especializadas, con principios de exclusión: ‘si haces performance no puedes hacer teatro’. (Ahora) tratamos de trabajar derribando esos muros, dejándonos afectar entre sí”.
Cruzvillegas, quien también critica lo que hacen algunas escuelas de arte, describe que la obra consigue valerse de las posibilidades del arte actual: “No pretendemos un gesto de vanguardia, no estamos inventando nada, estamos aprovechando que el arte contemporáneo nos permite tener más herramientas en la mesa que nos sirven para discutir en un ejercicio crítico, contradictorio. Aquí, lo más importante, la obra de arte en sí es el diálogo, esa es la médula”.
Valiéndose de la lógica de la autoconstrucción -no hay dinero para contratar un arquitecto y se busca apoyo para trabajar entre los amigos-, los tres formaron esta analogía. “He aprendido de ellos, de los actores, de Mónica Raya que hace la iluminación -dice Cruzvillegas-; la ganancia para el público es formular un cuestionamiento de su identidad, la autoconstrucción es algo inacabado, indefinido como lo es la identidad”.
Autoconstrucción tendrá funciones los días 21 y 28 de mayo a las 21 horas; 22 y 29 a las 20 horas, y el 23 y 30 de mayo a las 19 horas. Galería Kurimanzutto, Gobernador Rafael Rebollar 94.