No obstante, la entrega de los galardones se vio opacada por la incultura de los legisladores, quienes al intentar demostrar su conocimiento de la obra de José Emilio Pacheco terminaron por atribuirle títulos de otros autores.
Tal fue el caso del diputado priista Cristian Vargas Sánchez, mejor conocido como el dipuhooligan, quien al resaltar el trabajo literario de Pacheco le adjudicó la autoría de "Crónica de una muerte anunciada", en realidad obra del escritor colombiano Gabriel García Márquez: *Para José Emilio Pacheco mis respetos, te quitas el sombrero frente al señor. Sus obras literarias son muy buenas, conozco una porque desde la escuela te enseñaban la de Crónica de una muerte anunciada y es muy buena*, afirmó.
Más tarde, en entrevista con MILENIO, Vargas Sánchez aclaró que el título al que intentaba referirse era Las batallas en el desierto y que por un “error involuntario” citó otro libro. “Me equivoqué, discúlpenme”, pidió.
En situación similar, la presidenta de la Comisión de Cultura de la ALDF, Edit Ruiz Mendicuti, presentó al poeta mexicano ante el Pleno de la Asamblea atribuyéndole la creación de *Un tranvía llamado deseo, del escritor Tennessee Williams, así como los Cuatro cuartetos, de T.S. Eliot*, obras de las cuales el galardonado realizó destacables traducciones.
Al recibir la Medalla al Mérito en Artes 2009, el escritor José Emilio Pacheco agradeció a los asambleístas que se hayan acordado de las artes y las letras en este momento tan terrible por el que pasa el país.
“Llego ya muy tarde a todas estas cosas y tengo muy poca práctica, me han pasado cosas terribles. La semana pasada con el doctorado en la universidad me dieron una medalla; nunca había tenido una de oro, entonces me puse a verla, la abrí, la acaricié, pero como un avaro, y no me di cuenta de que tenía la cámara de televisión; salí así, pero no saben ustedes con qué delectación, viendo la medalla”, recordó al momento de la entrega del galardón.
JEP, en un ciclo de conferencias
Una conferencia de José Emilio Pacheco es como un circo de muchas pistas. Si sus charlas se circunscriben a un tema, tratado de manera magistral y profusamente documentado, como si de un mago se tratara, de su chistera saca comentarios que lo enriquecen y obligan a sus escuchas a buscarle otras aristas.
La tarde del martes inició su ciclo de conferencias Literatura mexicana hacia 1910 en la Capilla Alfonsina, con una charla sobre dos novelas olvidadas sobre la Revolución: La majestad caída, de Juan A. Mateos, y Andrés Pérez, maderista, de Mariano Azuela. Al primero lo calificó de “libro inclasificable”, al tiempo que citó a Vicente Riva Palacio, quien refiere que Mateos es alguien que “escribe mucho y lee poco”.
Pacheco comentó que en estos días los héroes del Bicentenario “no han sido ni Hidalgo ni Morelos, sino Porfirio Díaz y Leona Vicario”. De ella, abundó, “se han publicado seis libros. Se quejaba con mucha razón Luis González de la historia de bronce, pero ¿por qué fue sustituida la historia de bronce? Por la estatua de lodo o la estatua de mierda”.
Los días 14, 19 y 21 de octubre Pacheco disertará sobre: La muerte de Juan de Dios Peza y el fin del siglo XIX, Amado Nervo redescubre a Sor Juana y Cuestiones estéticas, el primer libro de Alfonso Reyes.
Carlos Gutiérrez Mirón y Xavier Quirarte
Edit Ruiz Mendicuti (Diputada del D.F. PRD)
Cristian Vargas Sánchez "Dipuhooligan" (Diputado D.F. PRI)