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Mié, 29/12/2010 - 20:20
México
Con un acervo de obras que procedieron de varios museos, particularmente pinturas y esculturas que abarcan el desarrollo histórico del arte mexicano, el Museo Nacional de Arte (Munal), del Instituto Nacional de Bellas Artes, cumplió 10 años de su última remodelación y actualización tecnológica y museística.
Tras este intenso proceso de modernización, actualmente es uno de los recintos más importantes del país en donde se exhibe, estudia y difunde el arte mexicano e internacional comprendido entre el siglo XVI y la primera mitad del siglo XX, aportando experiencias novedosas para la comprensión y goce estético de sus colecciones y exposiciones en el público.
Fue fundado en 1982 en respuesta a una necesidad que había de congregar en un solo recinto una colección de arte mexicano a la manera de los grandes museos. Su acervo se conformó con obras procedentes de varios museos, particularmente con las pinturas y esculturas que abarcan el desarrollo histórico del arte mexicano.
Ubicado en el corazón del Centro Histórico de la Ciudad de México, dentro del antiguo Palacio de las Comunicaciones, edificio creado por el arquitecto italiano Silvio Contri, la historia del Munal se remonta a 1901.
En ese año, el gobierno de Porfirio Díaz mandó a construir un edificio sede para la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, trabajo con el que buscaba al mismo tiempo generar un símbolo arquitectónico del progreso del país.
El lugar designado para dicha construcción estaba ocupado por los hospitales San Andrés y González Echeverría. El 11 de junio de 1902 el gobierno mexicano contrató a Contri y para 1904 dieron inicio los trabajos de construcción.
La corriente arquitectónica elegida por Silvio Contri fue el eclecticismo, característico del siglo XIX, que involucraba formas y estilos del pasado.
Dicha corriente se consolidó con el nombre de modernismo debido a sus significados simbólicos y el uso de las nuevas tecnologías de la época que se valían de la decoración como signo de riqueza y el empleo de la técnica de estructuras metálicas que simbolizaban el progreso de una sociedad en vías de industrialización.
La decoración del edificio estuvo a cargo de la casa artística de la familia florentina Coppedé, que diseñó picaportes, biselado de vidrios, emplomados, labrado de piedra, muebles, lámparas y la herrería, entre muchos otros elementos donde destacan las obras del Salón de recepciones y las esculturas del Patio de los leones.
La belleza y versatilidad del edificio permitieron su uso posterior como Archivo General de la Nación y a partir de 1982 como el Museo Nacional de Arte.
En 1997, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y el Patronato del Museo Nacional de Arte dieron inicio al Proyecto Munal 2000, en el que el antiguo Palacio de Comunicaciones sería renovado apegándose al proyecto original arquitectónico.
Entonces el inmueble se adecuó tecnológicamente para dar a las obras de arte un entorno adecuado en aspectos como el control de temperatura, humedad, iluminación y almacenamiento, así como la disponibilidad de espacios de exhibición que posibilitaran trabajar con los postulados de la museología contemporánea. En 2000, el museo reabrió sus puertas al público como el Munal.
Su vocación es la de coleccionar, conservar, exhibir, interpretar y comunicar el arte mexicano producido entre el siglo XVI y la primera mitad del siglo XX.
Su acervo se compone de más de tres mil piezas y posee una superficie de exhibición de cinco mil 500 metros cuadrados y en ella se desarrollan programas de conservación, exhibición, difusión y estudio en torno al patrimonio artístico de la plástica mexicana.
De la belleza arquitectónica del edificio sobresalen dos espacios: el Salón de recepciones y el Patio de los leones. El primero se localiza en el segundo nivel y evoca el esplendor de los salones europeos del siglo XIX y debe su nombre a la preferencia que el presidente Porfirio Díaz tenía por este lugar para realizar actos oficiales en honor de visitantes distinguidos.
Actualmente, el museo abre este espacio para disfrutar conciertos, presentar libros, organizar recepciones especiales y actividades culturales públicas y privadas.
El Patio de los leones es un punto privilegiado en la arquitectura del Palacio, pues desde allí se aprecia el esplendor del edificio y algunos de sus elementos más significativos: sus columnas, su espléndida escalera y extraordinarias esculturas que lo hacen un espacio de gran belleza. También es un espacio en el que tienen lugar, galas, ferias del libro y otros eventos culturales.
El recorrido histórico-artístico ofrece un panorama del desarrollo del arte mexicano desde el siglo XVI hasta mediados del XX; está dividido en tres secciones, la primera es "Asimilación de Occidente" (1550-1821).
A lo largo de esta se revisan las primeras manifestaciones del arte de la pintura occidental en América y el nacimiento de la Academia de San Carlos.
Le siguen "Construcción de una nación" (1810-1910), donde se esboza el pensamiento del nuevo Estado mexicano y la forma en que sus artistas buscaron dar una identidad a la patria por medio del arte, y “Estrategias para un México moderno" (1900-1954), que exhibe obras significativas del período que va de la Revolución Mexicana a la consolidación del movimiento Muralista.
Como complemento del Recorrido histórico-artístico, el Munal ofrece diversas opciones para disfrutar y conocer más sobre otros temas, artistas y conceptos de arte mexicano.
El recorrido alterno se compone de diversos programas presentados en salas especializadas, como la de exposiciones temporales, donde se presentan muestras que revisan pasajes de la historia, retrospectivas de artistas o, bien, reúnen obras de diferentes procedencias para abordar un tema en específico.
También están las salas monotemáticas, las cuales permiten el análisis y comparación del desarrollo del arte en diferentes épocas bajo un tema específico. En la Sala de Colecciones Especiales se albergan temporalmente colecciones privadas de arte mexicano que son poco conocidas o de difícil acceso para el público.
Tras este intenso proceso de modernización, actualmente es uno de los recintos más importantes del país en donde se exhibe, estudia y difunde el arte mexicano e internacional comprendido entre el siglo XVI y la primera mitad del siglo XX, aportando experiencias novedosas para la comprensión y goce estético de sus colecciones y exposiciones en el público.
Fue fundado en 1982 en respuesta a una necesidad que había de congregar en un solo recinto una colección de arte mexicano a la manera de los grandes museos. Su acervo se conformó con obras procedentes de varios museos, particularmente con las pinturas y esculturas que abarcan el desarrollo histórico del arte mexicano.
Ubicado en el corazón del Centro Histórico de la Ciudad de México, dentro del antiguo Palacio de las Comunicaciones, edificio creado por el arquitecto italiano Silvio Contri, la historia del Munal se remonta a 1901.
En ese año, el gobierno de Porfirio Díaz mandó a construir un edificio sede para la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, trabajo con el que buscaba al mismo tiempo generar un símbolo arquitectónico del progreso del país.
El lugar designado para dicha construcción estaba ocupado por los hospitales San Andrés y González Echeverría. El 11 de junio de 1902 el gobierno mexicano contrató a Contri y para 1904 dieron inicio los trabajos de construcción.
La corriente arquitectónica elegida por Silvio Contri fue el eclecticismo, característico del siglo XIX, que involucraba formas y estilos del pasado.
Dicha corriente se consolidó con el nombre de modernismo debido a sus significados simbólicos y el uso de las nuevas tecnologías de la época que se valían de la decoración como signo de riqueza y el empleo de la técnica de estructuras metálicas que simbolizaban el progreso de una sociedad en vías de industrialización.
La decoración del edificio estuvo a cargo de la casa artística de la familia florentina Coppedé, que diseñó picaportes, biselado de vidrios, emplomados, labrado de piedra, muebles, lámparas y la herrería, entre muchos otros elementos donde destacan las obras del Salón de recepciones y las esculturas del Patio de los leones.
La belleza y versatilidad del edificio permitieron su uso posterior como Archivo General de la Nación y a partir de 1982 como el Museo Nacional de Arte.
En 1997, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y el Patronato del Museo Nacional de Arte dieron inicio al Proyecto Munal 2000, en el que el antiguo Palacio de Comunicaciones sería renovado apegándose al proyecto original arquitectónico.
Entonces el inmueble se adecuó tecnológicamente para dar a las obras de arte un entorno adecuado en aspectos como el control de temperatura, humedad, iluminación y almacenamiento, así como la disponibilidad de espacios de exhibición que posibilitaran trabajar con los postulados de la museología contemporánea. En 2000, el museo reabrió sus puertas al público como el Munal.
Su vocación es la de coleccionar, conservar, exhibir, interpretar y comunicar el arte mexicano producido entre el siglo XVI y la primera mitad del siglo XX.
Su acervo se compone de más de tres mil piezas y posee una superficie de exhibición de cinco mil 500 metros cuadrados y en ella se desarrollan programas de conservación, exhibición, difusión y estudio en torno al patrimonio artístico de la plástica mexicana.
De la belleza arquitectónica del edificio sobresalen dos espacios: el Salón de recepciones y el Patio de los leones. El primero se localiza en el segundo nivel y evoca el esplendor de los salones europeos del siglo XIX y debe su nombre a la preferencia que el presidente Porfirio Díaz tenía por este lugar para realizar actos oficiales en honor de visitantes distinguidos.
Actualmente, el museo abre este espacio para disfrutar conciertos, presentar libros, organizar recepciones especiales y actividades culturales públicas y privadas.
El Patio de los leones es un punto privilegiado en la arquitectura del Palacio, pues desde allí se aprecia el esplendor del edificio y algunos de sus elementos más significativos: sus columnas, su espléndida escalera y extraordinarias esculturas que lo hacen un espacio de gran belleza. También es un espacio en el que tienen lugar, galas, ferias del libro y otros eventos culturales.
El recorrido histórico-artístico ofrece un panorama del desarrollo del arte mexicano desde el siglo XVI hasta mediados del XX; está dividido en tres secciones, la primera es "Asimilación de Occidente" (1550-1821).
A lo largo de esta se revisan las primeras manifestaciones del arte de la pintura occidental en América y el nacimiento de la Academia de San Carlos.
Le siguen "Construcción de una nación" (1810-1910), donde se esboza el pensamiento del nuevo Estado mexicano y la forma en que sus artistas buscaron dar una identidad a la patria por medio del arte, y “Estrategias para un México moderno" (1900-1954), que exhibe obras significativas del período que va de la Revolución Mexicana a la consolidación del movimiento Muralista.
Como complemento del Recorrido histórico-artístico, el Munal ofrece diversas opciones para disfrutar y conocer más sobre otros temas, artistas y conceptos de arte mexicano.
El recorrido alterno se compone de diversos programas presentados en salas especializadas, como la de exposiciones temporales, donde se presentan muestras que revisan pasajes de la historia, retrospectivas de artistas o, bien, reúnen obras de diferentes procedencias para abordar un tema en específico.
También están las salas monotemáticas, las cuales permiten el análisis y comparación del desarrollo del arte en diferentes épocas bajo un tema específico. En la Sala de Colecciones Especiales se albergan temporalmente colecciones privadas de arte mexicano que son poco conocidas o de difícil acceso para el público.
