14 de agosto de 2010

Rafael J. Alonso U., M.S / TARAHUMARA

Todos los inviernos he leído noticias sobre los fríos inviernos en la Sierra Tarahumara. Los Rarámuris o Tarahumaras como mejor los conocemos, sufren año tras año las inclemencias del crudo invierno con temperaturas de hasta menos 20 grados centígrados bajo cero, muchas veces aumentado su sufrimiento por una primavera-verano sin lluvias lo que los condena a un invierno frío y con hambre. ¿Entendemos lo que eso significa?, yo creo que no. No conocemos la verdadera palabra “Hambre” ni la palabra “Frío”.
Siembre me conmueve la pena de nuestros hermanos indígenas, la familia de mi madre conoció bien a los Tarahumaras pues es de Chihuahua. Cuando niño me toco verlos por las calles de varias ciudades de Chihuahua, su presencia me infundía paz y serenidad. Mi hijo mayor convivió en misiones con ellos y conoció su gran calidad humana. Tal vez el dieciseisavo de sangre de indio Huasteco que llevo en mis venas me hace un poco más sensible ante los problemas de los indígenas de nuestro país. He tenido la fortuna de conocer varias etnias desde la frontera norte a la sur. Cuanto tenemos que aprender de ellos.

Un reportaje que apareció en el periódico El Norte, grupo Reforma, el día 3 de enero de 2004 y la coincidencia de una enfermedad de mi querida nieta me pusieron los ojos rojos y me arrancaron algunas lágrimas.

Mi adorada nieta paso el año nuevo hospitalizada por una enfermedad propia de la época bajo una excelente atención médica, mi única preocupación era el dolor que sentiría al recibir un piquete en la vena para administrarle el suero y los medicamentos requeridos.

Por otro lado leo en el citado reportaje el drama vivido por Pablo Bautista indígena Rarámuri que toma la decisión de dejar su casa ante el amenazador frío y la falta de alimentos, con su esposa y tres hijos, carga un burro con hierbas medicinales para vender y se encamina al albergue mas cercano de Chihuahua. En el camino quedo sepultado su hijo menor, Benjamín, de tan solo tres años que no resistió la extenuante y fría jornada de dos días. ¿Nos recuerda esto la jornada de Belén a Egipto?. Pablo ya es tarde para ayudarte a que tu hijo tenga la asistencia médica que tuvo mi nieta, lo siento en el alma y me uno a tu sufrimiento.

¿Dónde están nuestros políticos? , tal vez peleando posiciones partidistas en el congreso. ¿Dónde están nuestros empresarios?, tal vez cuidando sus “Sensibles capitales”, ¿Dónde están nuestros técnicos e investigadores?, tal vez en el escritorio tratando de salvar sus sueldos de burócratas, ¿Dónde están nuestros ecologistas?, tal vez salvando mariposas monarcas, ballenas o combatiendo transgénicos, ¿Dónde estamos todos?, tal vez brindando por un prospero año nuevo.

¿Quién se atreve a invertir capital o tiempo en la Sierra Tarahumara?, tal vez solo los narcotraficantes que ofrecen una alternativa económica a nuestros indígenas para sobrevivir en su difícil entorno. ¿Qué nos falta?, sensibilidad, caridad cristiana, imaginación, creatividad, solidaridad.

Debemos apoyar a nuestros indígenas con imaginación para que se puedan valer por ellos mismos como lo hicieron por generaciones. Si dejar su tierra, sin cambiar su cultura.

Los Navajos en USA son excelentes criadores de ovinos. El concepto de rancho cinegético puede ser adaptado a la Sierra Tarahumara enseñándolos y ayudándolos a incrementar su fauna. Que buenos guías podrían ser en actividades cinegéticas o de ecoturismo. La cría de truchas también se podría implementar en sus arroyos. Con creatividad y apoyados en sus centenarios conocimientos podrían concretarse acciones muy interesantes alrededor de los temas de reforestación y aprovechamiento integral de los bosques.

No perdamos mas tiempo, no perdamos mas vidas valiosas como la de Benjamín. No callemos nuestra conciencia con una limosna de fin de año. Apoyemos a los Rarámuris, apoyemos a todos nuestros indígenas. No demos tema y bandera a falsos revolucionarios. Las verdaderas revoluciones se hacen en la paz, con justicia y con trabajo creativo.

Ing. Agr. Rafael J. Alonso U., M.S.
rjalonso@terra.com.mx