Sábado, 31 de Diciembre de 2011
Para Ricardo Legorreta, la arquitectura era mucho más que el simple diseño de inmuebles: “El arquitecto es un hacedor de sueños porque su deber es captar el sueño del cliente y hacerlo realidad, con mi lenguaje, pero hacer realidad su sueño”, dijo en una entrevista con MILENIO (12/06/2011).
Emblema de la arquitectura mexicana del siglo XX, el creador falleció la mañana de ayer, a los 80 años de edad, en pleno proceso creativo, pues aún fungía como responsable de coordinar los nuevos trabajos para la preservación y conservación del Centro Nacional de las Artes (Cenart), en cuya creación también participó hace casi dos décadas.
Incluso, apenas el 19 de octubre pasado había estado en Tokio, Japón, donde recibió el Premio Imperial de manos del príncipe Hitachi, hermano del emperador Akihito, en una ceremonia celebrada en la que señaló que más que un reconocimiento a una persona, lo asumía como un reconocimiento a un país, a México.
En su cuenta de Twitter, la presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), escribió: “No encuentro palabras para expresar mi pesar por el fallecimiento de Ricardo Legorreta, uno de los artistas que hizo más bello a México.”
Por su parte, el presidente Felipe Calderón lamentó la muerte del arquitecto Ricardo Legorreta a través de su cuenta de Twitter. El mandatario escribió: “Lamento mucho el fallecimiento de Ricardo Legorreta Vilchis, un arquitecto excepcional y un mexicano admirable, descanse en paz”.
Una vuelta a las raíces
Nacido en la Ciudad de México, el 7 de mayo de 1931; en 1952 terminó la licenciatura en Arquitectura en la Universidad Nacional Autónoma de México, si bien desde 1948 ya fungía como dibujante y jefe de Proyectos en el despacho de José Villagrán García, con quien se asoció en 1955; en 1964 fundó la firma Legorreta Arquitectos, en la actualidad Legorreta + Legorreta, cuya filosofía define el sentido de la arquitectura de Ricardo Legorreta: “Diseña para la gente que utiliza sus edificios”.
“Considera que una buena construcción no sólo debe responder a las necesidades de sus usuarios, a la ciudad, al medio ambiente, a los programas y presupuestos, sino también a las necesidades espirituales y artísticas de las personas. Así, busca una arquitectura que haga feliz a la gente y no sólo una que pueda ser admirada y disfrutada por arquitectos. La arquitectura debe estar al servicio de la sociedad, siempre por encima de intereses personales y falsos objetivos”, se lee en la página electrónica de la firma.
Los proyectos en los que participó el arquitecto resumen esa base, convencido de la importancia de volver a las raíces, como lo señaló durante un encuentro que sostuvo con estudiantes de arquitectura, previo a la recepción del doctorado honoris causa por parte de la UNAM, en septiembre pasado.
“México recuperará su nivel en la arquitectura mundial en el momento que vuelva a sus raíces y no siga los dictados de las modas en esta disciplina, que rechazan lo que representa al pasado (…) Hay movimientos que desprecian sus orígenes y consideran que todo lo que representa al pasado no tiene valor y, por tanto, tiene que ser destruido.”
Considerado entre los arquitectos mexicanos con mayor reconocimiento internacional, participó en proyectos en distintas partes del planeta: desde Egipto, Qatar, Israel y Japón, hasta España, Grecia y Holanda, aunque también en Estados Unidos y diversos países de América Latina.
Los restos de Ricardo Legorreta serán cremados hoy en el Panteón Francés de San Joaquín.
Una mirada que rompió paradigmas
••• Algunas de sus obras forman parte del paisaje cotidiano, sin saber que en su momento rompieron con distintos paradigmas arquitectónicos: la Catedral Metropolitana de Managua, The Tech Museum of Innovation en San José (California), el Hotel Camino Real de la zona de Polanco, diseñado en colaboración con Luis Barragán, o el Papalote Museo del Niño, el Centro Nacional de las Artes, el Museo de Arte Contemporáneo (Marco) de Monterrey, el Conjunto y la Plaza Juárez,
Además, estuvo en las remodelaciones en el Antiguo Colegio de San Ildefonso o del Zoológico de Chapultepec, en la Ciudad de México, siendo también parte del equipo de la Torre Ejecutiva de BBVA Bancomer, ubicada cerca de la polémica Estela de Luz.
En vida, Legorreta obtuvo reconocimientos como el Premio Beethoven a la Creatividad Arquitectónica en las Américas, la medalla de oro de la Federación Panamericana de Asociaciones de Arquitectos, el doctorado honoris causa de la Universidad Roger Williams, Bristol, en EU o la Medalla Manuel Tolsá de la UNAM.
México. Jesús Alejo