El Universal
Domingo 17 de enero de 2010
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Kevin Brooks es uno de los nuevos grandes sucesos en la literatura inglesa. Antes de publicar sus novelas soñaba con ser una estrella de rock por lo que se mudó a Londres donde realizó todo tipo de trabajos (asistente en un crematorio y vendedor de hot dogs en el zoológico, entre otros) hasta que publicó Martyn Pig, su primera novela. Desde entonces ha escrito una docena de historias que han sido muy bien recibidas por la crítica y los lectores.
En español se acaba de publicar Lucas (FCE, 2009), la historia de una chica de 15 años y su encuentro con un misterioso joven viajero que al resto de su comunidad le parece un intruso.
—¿Después de trabajar en tantos oficios, qué fue lo que hizo que te convirtieras en escritor de tiempo completo? ¿Extrañas el rock o alguno de tus otros sueños?
—Siempre quise ser escritor de tiempo completo, incluso cuando intentaba volverme una estrella de rock. Los trabajos que hice no significaron nada para mí, eran sólo una manera de ganar dinero, así que no los extraño para nada (¡Los odiaba!). Extraño la emoción de escribir, grabar y tocar música, tal vez algún día vuelva a eso, pero lo haría sólo para mí. ¡Ya estoy demasiado viejo para ser una estrella de rock!
—¿Cómo fue que acabaste escribiendo para jóvenes? ¿Piensas en tus lectores cuando estás escribiendo?
—En realidad sigo sin verme como escritor para jóvenes sino como escritor sobre jóvenes (aunque no estoy muy seguro de cuál sea la diferencia). No fue que decidiera intencionalmente escribir para o sobre jóvenes, simplemente me di cuenta de que era muy natural para mí hacerlo y que de verdad lo disfrutaba. No, no pienso en mis lectores cuando estoy escribiendo; pienso en la historia, en el libro y en cómo debería ser.
—Alguna vez afirmaste que “no hay mucha diferencia entre escribir para adultos o para niños, pero escribir para niños te hace volver a lo básico”. ¿A qué te referías concretamente?
—¡En cierta forma, desearía no haber dicho eso! Porque parece como si dijera que escribir para gente joven es más básico o fácil que escribir para adultos, cosa que definitivamente no es verdad. Lo que en verdad quería decir era que escribir sobre gente joven me ayudó a comprender que todos los libros --ya sean para gente joven o no tan joven-- son esencialmente historias, la historia siempre es lo principal, y esto me ayudó a convertirme en un mejor escritor.
—¿Crees que tus libros deberían dejar alguna enseñanza en los lectores o qué efecto te gustaría que tuvieran?
—No, para nada. No creo que ninguna novela deba hacerse para enseñar algo, las novelas no son para eso. Si los lectores llegan a aprender algo o a entender algo gracias a los libros, está bien, pero ese algo será totalmente personal. Yo no soy un maestro o un predicador, sólo soy un escritor. Mi propósito, supongo, es escribir algo con la esperanza de que se quede en la mente del lector; porque ahí es donde un libro se convierte en una historia: en la mente del lector.
—Los premios y traducciones evidencian tu éxito, ¿esto tiene alguna repercusión en tu proceso creativo?
—No. Claro que es agradable ganar premios y ser traducido, pero sigo escribiendo cada libro sin pensar en nada más que hacer el libro, la historia, tan especial como sea posible.
—Tu trabajo ha sido muy bien recibido por la crítica, pero ¿qué respuesta has recibido de tu público joven?
—Aunque es muy agradable que la crítica te aprecie, la respuesta que recibo de los lectores jóvenes es mucho más importante para mí porque ellos son los que van, compran los libros y los leen. Recibo muchos correos electrónicos, cartas y mensajes de myspace/bebo de jóvenes, y son increíblemente interesantes, la mayoría son muy positivos y algunos son realmente conmovedores.
—Algunos críticos han comparado a “Lucas”, con “Matar a un ruiseñor”, ¿cómo te sientes al respecto?
¡Excelente! Es uno de mis libros favoritos, un clásico, y la comparación me hace sentir orgulloso.
—¿Escribir Lucas cambió de alguna manera la forma en la que trabajaste tus siguientes novelas?
Antes de empezar a escribir Lucas tenía muy clara la idea de cómo quería que se sintiera el libro (el humor, la atmósfera) pero no estaba seguro de saber cómo lograrlo. Cuando terminé el libro me di cuenta de que había logrado lo que me había propuesto, pero seguía sin estar seguro de cómo lo había hecho. De ahí aprendí que, para mí, escribir es algo que puede surgir de lugares dentro de ti de los que no estás consciente, lugares que tal vez no entiendes… y eso está bien. Todo lo que tienes que hacer es confiar en ti mismo, confiar en esas partes de ti que no entiendes, y dejarlas que se encarguen de la escritura.
—Lucas es un personaje que enamora al lector, ¿quién o qué te inspiró para crear a ese chico misterioso?
—El personaje de Lucas viene de muchos lugares diferentes (reales y ficticios), pero una de mis principales inspiraciones fueron los héroes casi míticos de películas de vaqueros (Westerns) como Raíces profundas, El jinete pálido y La venganza del muerto. Siempre me han encantado ese tipo de personajes y siempre he soñado con ser como ellos; ¡pero ahora sé que jamás lo lograría!
—En tu obra reflejas a la juventud de una manera muy realista en la que la confusión con el sexo, las drogas, el alcohol y la adultez está presente, ¿has tenido algún problema grave o sido criticado como le ocurre al papá de Caitlin?
—Ningún problema grave. Las únicas críticas que me han hecho han venido de algunos adultos que piensan que los jóvenes no son capaces de leer o lidiar con las realidades de la vida y, obviamente, sí son capaces.
—¿Cómo lograste la voz narrativa de una chica de manera tan convincente?
—Al escribir un libro siempre me ‘transformo’ en los personajes (o los personajes se ‘transforman’ en mí) y eso hice con Caitlin. Estuve mucho tiempo pensando en ella: quién era, cómo era, qué pensaba, qué sentía. Después me volví Caitlin y escribí su historia.
—El papá de Caitlin es un alcohólico, pero no es un borracho agresivo sino un hombre que está sufriendo. La figura del padre alcohólico está presente también en algunas de tus otras novelas, ¿hay algo en particular que te inspire?
Viene de la experiencia personal.
—Algunas veces podemos saber más del personaje de Caitlin por lo que ella dice sobre Deefer, ¿crees que las mascotas pueden ser así de importantes para la gente?
—¡Sí! Siempre he tenido perros (actualmente tengo cuatro) y son muy importantes para mí.
—¿Por qué decidiste que “Lucas” sucediera en una isla?
—Parte de la historia es sobre cómo las comunidades (en especial las comunidades aisladas) reaccionan ante lo ajeno, los ‘outsiders’; el escenario de la isla me permitió presentar este aislamiento tanto social como físico. Además, la isla de Hale está, en cierta forma, basada en una isla real que yo solía visitar mucho, y siempre supe que la atmósfera árida y sombría de esa isla real sería un buen escenario para una historia.
—¿En Lucas encontramos referencias a “El guardián entre el centeno” y “Mi rincón en la montaña”, ¿estos libros tuvieron alguna influencia en tu forma de escribir?
—Todos los libros que he leído han tenido alguna influencia en mi forma de escribir, pero estos dos en particular eran de mis favoritos cuando era joven y siempre han tenido un lugar dentro de mí. Lo que tienen estos libros que más han influenciado mi forma de escribir es que dan la sensación de que cierta intimidad entre el narrador y el lector; eso es algo que me encanta de los libros y es algo que intento que esté presente en los que yo escribo.
—Dinos algo sobre “Candy”, ¿en qué pensabas cuando lo escribiste?
—Muy simple. Quería escribir una historia de amor pero desde el punto de vista de un chico. Hay muchísimas historias de amor desde el punto de vista de una chica, pero los chicos también se enamoran; la única diferencia es que ellos no pueden decir que están enamorados y entonces se guardan todo, se vuelve muy traumático, muy confuso… una experiencia increíble.
—¿Qué autores le recomendarías a la gente que le gusta leer tus libros?
—Jack Gantos, Meg Rosoff, Mal Peet, Robert Cormier, Leif Enger, John Steinbeck, JD Salinger, Raymond Chandler, Jack Kerouac... pero, lo más importante, pruébalo todo: si te gusta, léelo; si no te gusta, no.
—¿Nos das una lista de tus cinco libros, canciones, y películas favoritos?
Libros
Para Esme, con amor y sordidez, de J.D. Salinger
Dulce jueves, de John Steinbeck
Meridiano de sangre, de Cormac McCarthy
Un río de paz, de Leif Enger
Hombre, de Elmore Leonard
Canciones
Pale blue eyes, de The Velvet Underground
The passenger, de Iggy Pop
Héroes, de David Bowie
Darklands, de The Jesus and Mary Chain
White Riot, de The Clash
Películas
El hombre araña (1)
Hombre
El fugitivo Josey Wales
Starman
Escondidos en Brujas
—¿Qué le aconsejarías a un adolescente que quiere empezar a escribir?
—No pidas consejos, sólo lee muchísimos libros y escribe lo que tú quieras escribir. Tampoco pases todo el tiempo escribiendo; los libros son sobre la vida así que necesitas vivirla.