23 de junio de 2011

Oscar Erives Escárcega / recibe un merecido reconocimiento en ciudad Madera Chihuahua, México por sus 50 años de vida artística en el Teatro




Oscar Erives

Profeta en su tierra

El pasado viernes se le brindo al maestro Oscar Erives un merecido reconocimiento en ciudad Madera Chihuahua, donde fuese hace 50 años el inicio de una fructífera carrera como director y actor de teatro, el emotivo homenaje realizado por la presidencia municipal a cargo del C. Gilberto Estrada Talamantes

Presidente municipal actual y enmarcado por los 100 años de la fundación de dicho municipio, con una organización digna de tal acontecimiento dirigida por el C. Brígido León, director de fomento económico y ante la presencia del cabildo municipal y el público maderense se presento también el libro “Oscar Erives, 50 años de teatro” en el cual el propio actor narra anécdotas, alegrías y sin sabores de esta efímera carrera teatral, como regalo del actor y director a su público, se proyecto el cortometraje “El Redentor” para beneplácito de todos los ahí presentes, corto que se filmara hace ya casi 10 años con la participación estelar del también chihuahuense Aarón Hernán y bajo la dirección de César Márquez, para dar paso a las palabras del presidium la entrega de reconocimiento y dedicatoria de libros acto seguido se llevo a cabo el brindis de honor dentro del cual el presidente municipal llevado por el emotivo homenaje prometió públicamente al maestro Erives la construcción del primer teatro de ciudad Madera dentro del complejo deportivo y cultural que se construirá y se entregara al termino de la presente administración.

Emocionado casi hasta las lagrimas el primer actor comento sentirse muy agradecido con el pueblo y las autoridades de ciudad Madera, así como por la invitación a inaugurar el teatro prometido una vez construido, externando que para el es la culminación de un anhelo de antaño de cuando el hacía su propio teatro en ese pueblo árido, sediento de cultura, recordó anécdotas de aquellos tiempos, disfruto de la hospitalidad y fraternidad de los maderenses sin poder evitar la nostalgia que se apodero de el por breves lapsos durante la ceremonia, es así como el maestro Oscar Erives demostró ser profeta en su propia tierra.