El Universal
Domingo 20 de diciembre de 2009
vanessa.perez@eluniversal.com.mx
México es una nación rica pues lo tiene todo: impactantes escenarios, una diversa gastronomía, riqueza cultural y étnica, variedad climática y los mejores monumentos artísticos.
Hasta el significado de su nombre resalta su belleza: “el ombligo de la Luna”, desprendido de los vocablos nahuas Meztli, que quiere decir diosa de la Luna, xictli, ombligo o centro y co, lugar. Por algo la famosa x de su grafía, entendida como una cruz o cruce, representa el encuentro eterno de culturas, según varios investigadores culturales. Inspirados en su riqueza, los escritores Araceli Campos y Louis Cardaillac han realizado una guía cultural que recorre los rincones de México de la A a la Z.
El texto, editado bajo el sello de Océano, se titula México de mis Amores, y tiene como objetivo presentar un amplio panorama de la cultura, gastronomía, ciudades, fiestas, costumbres, refranes, albures, deportes, danzas y destacados personajes mexicanos. A lo largo de las páginas del libro los autores asumen los riesgos que supone una selección obligadamente personal y subjetiva del alfabeto que compone a nuestro país. Desde el título advierten al lector que el país consignado es el México que ellos aman, su México; sin embargo, al asomarse a cualquiera de los capítulos es fácil darse cuenta que las peculiaridades que destacan son las que casi todo mexicano tiene en la mente.
“Lo que plasmamos en México de mis Amores es el sabor del chocolate preparado con molinillo, los paisajes de cierta región, el estribillo de una canción popular, tres o cuatro películas de la Época de Oro, el destello anaranjado de las mariposas monarca, los excesos magníficos de un altar barroco y la inteligencia y el lirismo de Sor Juana Inés de la Cruz”, destaca Campos.
Diccionario nacional
La obra se encuentra estructurada a manera de diccionario, aunque no pretende ser un recuento exhaustivo de lo mexicano. Es más bien una sugerente propuesta editorial, profusamente ilustrada, que se adentra en la diversidad y la multiplicidad de nuestro país a partir de ciertos temas clave. Cada uno de los 23 capítulos forman una red de miradas y provocaciones que, a su vez, constituyen una invitación para despertar el imaginario del propio lector respecto a su particular manera de entender a México.
Del albur a los iconos populares, de los carnavales al petróleo, de las danzas folklóricas al pulque y de la charrería a los chiles en nogada, este volumen ofrece una seductora mirada a la patria. México de mis Amores presenta en su capítulo dedicado a la letra A, la arqueología, albures, ángeles y artesanías, seguidas del barroco, la bandera, Luis Barragán y Luis Buñuel, en la B. En lo que respecta a la letra C se muestran los diferentes carnavales celebrados durante el año, además de las caricaturas e historietas, Chiapas, las ciudades coloniales, las comunidades indígenas y los códices.
Los últimos capítulos del texto, que corresponden a las letras V Y y Z, exhiben temas como la Virgen de Guadalupe, los volcanes, Yucatán y el Zócalo. “En este libro hay de todo, de chile, de dulce y de manteca, como suele decirse en el habla popular; es algo similar al bote vaporero lleno de tamales de diversos sabores. Esta obra no es un fin, sino un principio..., es la invitación a que cada lector haga su propio diccionario de mexicanidades, su México de mis amores”, subraya el escritor Arturo Guzmán Romano, invitado por los autores para realizar el prólogo del texto.
De la A a la Z , es la audacia obligada por establecer un orden, una manera organizada de recuerdos, encuentros, curiosidades, pensamientos y sentimientos, una visión particular en el lujo de un juego de viajero, en el ejercicio por interpretar la realidad que la mente capta y atesora en el devenir de la memoria.
Ventana cultural
“Caminando ya por este México, es inevitable que al paso de la lectura, conforme se van aplaudiendo reencuentros, sorpresas o ventanas a lo desconocido, se extrañen datos y precisiones o, incluso, se hallen una diferencia de criterios tanto como una franca errata accidental o tal vez producto de las fuentes encontradas, no siempre originales, a veces inaccesibles o inexistentes, no obstante los esfuerzos por la objetividad y la actualidad”, agrega Guzmán Romano.
“Cuando el lector se pregunte cuáles fueron los criterios en los que nos basamos para estructurar el diccionario de esta manera, la respuesta es sencilla, Cardaillac y yo nos guiamos en la aventura y la posibilidad de que el propio lector se constituya en brújula, guía, y plataforma potencial para zambullirse mejor en los sabores de este bello país. Por eso, el lector tendrá que comulgar como nuestro cómplice”, asegura Campos.
México de mis Amores se trata sólo de un juego, de ver qué llama la atención en medio de un momento de la vida ante un lugar. Se trata de una provocación, una invitación al lector a que ponga también de su memoria, que opine, que diga, que acepte, critique, proteste, aprecie y valore los reencuentros y, desde luego, las equivocaciones. “No es que el texto lo tenga todo, pero tiene lo suficiente, citando la canción infantil: ‘no se pueden poner todas las especias en un navío vío cargado de...”, concluye la escritora.
Araceli Campos es licenciada en Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). Cursó la maestría y el doctorado en Literatura Mexicana en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Entre los libros que ha publicado se encuentran: Oraciones, ensalmos y conjuros mágicos del Archivo Inquisitorial de la Nueva España. 1600-1630 y Lo que de Santiago se sigue contando. Louis Cardaillac es especialista en el estudio del islam en España. Su interés por las culturas y religiones lo ha llevado a escribir importantes textos como: Santiago, acá, allá y acullá, Santiago apóstol y Miscelánea de estudios jacobeos. Campos y Cardaillac también han publicado Indios y cristianos. Cómo en México el Santiago español se hizo indio.