23 de diciembre de 2009
Francisco Núñez
Querétaro, Querétaro.- Significativa y elocuente ha sido la ceremonia de la premiación en este 2009 en Los Pinos, preñada de una manifiesta huída hacia la celebración que ello conlleva: una mínima mirada hacia la verdad y la realidad de nuestro país, que para mí son sinónimos. No haber favorecido el discurso que, como corolario del acto, cada año se abre, es un síntoma de la irrealidad que nos constriñe.
Desde luego que me congratula el que se reconozcan en el trabajo: la trayectoria y la lucha individual para ser la inteligencia, el talento, la visión y por encima de todos ellos, la sensibilidad y la verticalidad del pensamiento que no se traiciona, ni hace concesiones, girando en torno a ese sinónimo. Sólo quienes ostentan y hacen realidad estas cualidades pueden ser llamados artistas creadores, el resto, está lleno de falaces vividores de la cultura y del arte. Hay deshechos de la naturaleza, pues la contravienen.
Ser un individuo de nuestro momento y tiempo históricos y poder contextualizar a nuestro pueblo, sabiendo lo que siente y ha padecido y sigue padeciendo, es de integridad y cabal entereza; ese es mi compadre, Carlos Montemayor, galardonado en este año en Literatura y Lingüística. Hacer notar que es igualmente hábil y brillante como traductor y poeta, sólo corrobora que una inteligencia y sensibilidad tales, le confieren voz y autoridad, para señalarlo además, como uno de los más acertados analistas políticos, que desde tiempos de Salinas de Gortari, se ha manifestado con la palabra clarividente en la mano, como si fuese dueño de la misma, vale decir, ha alcanzado la maestría de la elocuencia, transmitiéndola, compartiéndola y enseñándola. Este es, otro sinónimo que me gustaría enfatizar: La cultura y el conocimiento, hoy tan abandonados, por más que se hable de "La sociedad del conocimiento" y resulta que estamos ante uno de sus actuales, infaustos pleonasmos: el abandono del hombre por el hombre. Cuando usted comprende lo que significa el abordar dos de las esencias de la inteligencia del hombre, enmarcadas en las ciencias y en el arte, como partes substanciales y distintivas de la actividad humana, correspondiendo con una distinción a ello, estamos dejando fuera, a una tercera, a la más importante: a la filosofía, que las engloba a todas.
Estos aspectos remarcan dos elementos de la misma que se han abandonado: la etica y la moral.
Carlos Montemayor, poseedor de una estupenda voz de tenor, canta desde hace varios años, a la par de la emoción del arte, hecha música y palabra.
Quien percibe a su país y a sus gentes, no puede permanecer impávido ni indolente, ante las afrentas que él mismo ha mencionado en la ceremonia, respondiendo a los periodistas, que esperaban, fuese el orador oficial señalando: "el 2010, sólo puede empeorar las cosas, por no destacarse al no tener una magia especial", en otras pláticas con la prensa señala "México vive en un estallido constante, en el que la pobreza, la inestabilidad, el desempleo, la desnutrición, el crimen organizado... son los grandes riesgos que estamos viviendo y que no hemos podido solucionar".
¡Qué lástima! que a quienes se les reconoce, no se les permita plasmar sus visiones y posición, independientemente de la pluralidad que debe seguir siendo signo de auténtica independencia y libertad, si es que vamos a celebrar algo este 2010.
Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 1947) cuenta con una reconocida obra narrativa, poética y ensayística. Como traductor literario ha prestado atención a una amplia gama de la poesía del siglo XX en varias lenguas europeas y de manera particular a la poesía clásica griega y latina, donde destacan sus traducciones de Safo (por vez primera traducida en su totalidad al español) y Carmina Burana. Ha recibido numerosos reconocimientos nacionales e internacionales. Desde 1985 es Miembro de Número de la Academia Mexicana de la Lengua y Correspondiente de la Real Academia Española. En diciembre de 1993 recibió en París el premio Juan Rulfo Internacional por su cuento Operativo en el trópico o el árbol de la vida de Stephen Mariner que otorga anualmente Radio Francia Internacional. En 1994 fue artista residente en Bellagio Study and Conference Center, Lago de Como, Italia. Ha sido becario de The Rockefeller Foundation en 1992-1993 y en 1994-1995. En octubre de 2003 recibió la medalla Roque Dalton en reconocimiento al valor crítico y social de su obra literaria. En noviembre del año 2004, en Castel Goffredo, Italia, recibió el Premio Especial Giuseppe Acerbi, por La Danza del Serpente, título de la traducción italiana de la novela Los informes secretos. Entre los premios nacionales que ha obtenido se encuentran el Xavier Villaurrutia por su libro de cuentos Las llaves de Urgell; el Alfonso Décimo de traducción literaria por el conjunto de su obra como traductor; el José Fuentes Mares por su libro de poesía Abril y otras estaciones; el premio de Narrativa Colima para la mejor novela publicada en el año por Guerra en el Paraíso, que describe el movimiento guerrillero encabezado por Lucio Cabañas en el estado de Guerrero durante los años setenta, y en el año 2007, el Premio Fundación México Unido a la Excelencia de lo Nuestro. En 1995 la Universidad Autónoma Metropolitana le confirió el grado de Doctor Honoris Causa en reconocimiento a sus contribuciones en el campo de las ciencias sociales y las humanidades y la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez lo nombró Profesor Emérito en atención a su trayectoria académica y literaria. En septiembre de este año recibió el premio Gawí Tónara 2009, por su trayectoria literaria, máximo reconocimiento que el gobierno del estado de Chihuahua otorga a escritores y artistas chihuahuenses. Además de sus tareas de investigación sobre los movimientos guerrilleros (tareas motivadas por su labor como novelista), Montemayor ha dedicado gran tiempo de su trabajo crítico a la tradición oral y a la literatura escrita actualmente en varias lenguas indígenas de México. Coordinó las colecciones de 50 volúmenes bilingües de Letras Mayas Contemporáneas de la península de Yucatán y del estado de Chiapas de 1994 a 1998. En 1997 la Asociación de Escritores en Lenguas Indígenas en México lo distinguió con el nombramiento de Miembro Honorario. Desde 1993 colabora con artículos de análisis político en el periódico La Jornada y en la revista Proceso.
Ha sido conferencista en temas políticos y literarios en 23 países de Europa, África, Asia y Medio Oriente y Norte y Sur América.
Ensayos en Obras colectivas: "La guerrilla recurrente", en Chiapas en perspectiva histórica, El Viejo Topo, España, 2001. "La violencia de Estado en los movimientos sociales mexicanos del siglo XX. Notas preliminares", en Colegio de México, en prensa. "Los movimientos guerrilleros y los Servicios de Inteligencia (notas reiteradas y nuevas conclusiones)", en La seguridad de México en el siglo XXI, Centro de Estudios Sociológicos, Colegio de México, en prensa.