Con una pastorela aderezada con humor, caramelos de azufre, un ardiente horno de microondas y un tridente que más bien es un verdugo, Marionetas de la Esquina abrió una nueva etapa en su historia la noche del viernes al preinaugurar la que será su Casa de Marionetas. El “anhelado sueño”, como lo llamó Lucio Espíndola, fundador hace 35 años de la compañía, se construye en la calle de Guerrero, a sólo unas cuadras del centro de Coyoacán.
La Fundación La Titería A.C., creada en 2003 para desarrollar los programas con contenido social de la Compañía Marionetas de La Esquina, presentó el espacio donde en el primer semestre de 2010 comenzarán a construirse varias salas para talleres con niños y maestros y un área destinada a la presentación de obras de teatro, tanto de la compañía como de otras agrupaciones nacionales y extranjeras también.
Con la pastorela Costumbre que fue nacida de otra que fuera prohibida, los artistas de la Compañía que dirigen Lucio Espíndola y Lourdes Pérez Gay, iniciaron contacto con los primeros visitantes del proyecto. Ambos directores, actores y titiriteros han conformado y sostenido la compañía que actualmente radica en esta ciudad, pero que ha viajado por México e incluso por otros países.
El objetivo del espacio será también promover la figura del títere dentro del arte y la educación. Albergará algunas actividades del Festival Internacional Titerías cuya octava edición se realizará en abril de 2010. Lucio Espíndola detalló que el lugar estará dividido en tres áreas: “la primera será artística, para la producción y presentación de espectáculo; la segunda será para la realización de talleres y dos diplomados y la tercera será para la promoción social”.
La trama
Para llevar a cabo su sueño, la compañía, dijo Espíndola, está abierta a recibir donativos “que serán un pedazo de muro o de techo”; la Fundación puede extender recibos deducibles de acuerdo con las normas de Hacienda. Espíndola -que tiene casi cuatro décadas de haber sido atrapado por la magia de las marionetas-, junto con Pérez Gay y un grupo de animadores de marionetas, pusieron en escena la divertida pastorela donde vuelve a ser evidente la belleza y plasticidad de los muñecos creados por este colectivo.
Costumbre que fue nacida de otra que fuera prohibida es una pastorela que parte del anuncio de la prohibición de hacer fiestas en las calles y en la plaza, hecho que es aprovechado por el Diablo para buscar atraer más almas al infierno. Los campesinos se ven envueltos en los ardides de dos divertidos secuaces de Lucifer -Asmodeo y Belcebú- que le temen tanto a él como aquel teme al “escuincle” y a María, con quienes incluso tiene pesadillas. Cuando las personas optan por hacer las fiestas en sus casas, Lucifer lanza divertidas tentaciones para llevarse a los pueblerinos con él.
Para narrar la batalla anual entre Lucifer y el arcángel San Miguel, se usan tres teatrinos donde aparecen más de 30 títeres de técnicas diversas: marionetas, títeres planos, de varillas y guiñoles de diferentes proporciones, convertidos en personajes, se pasean entre montañas, casas, río, plazas y el temido infierno. La pastorela está dirigida a toda la familia, dura de 60 minutos y se presentará también el jueves 17, viernes 18, sábado 19 y domingo 20 a las 17:30 horas en Guerrero número 7, colonia del Carmen, Coyoacán. El costo es de $80.